Resistir no significa solamente oponerse a las maquinaciones que intentan obligarnos a hacer algo a cualquier precio. Sobre todo en la Venezuela del siglo XXI, en la que el chavismo gubernamental ha producido un catálogo extenso e intenso de “la sociedad indecente”: aquella en la que las instituciones humillan a la gente. Resistir en Venezuela supone también un aprendizaje inventivo y proteico acerca de cómo hacer de lo que Georges Orwell llamaba “la decencia ordinaria”, un patrimonio. LEER MÁS