Fernando Mires - OCHO NOTAS SOBRE LAS ELECCIONES EN CATALUÑA


Primero: las elecciones catalanas del 21.12. 2017 no fueron un plebiscito. Si hubieran sido un plebiscito habrían sido convocadas como plebiscito. Fueron elecciones en las cuales los principales partidos de la región midieron sus fuerzas. En esa medición los vencedores fueron Ciudadanos y su candidata Inés Arrimadas.
Segundo: el partido vencedor no podrá gobernar debido a que los llamados partidos independentistas han decidido formar un bloque anti-español.
Tercero: el bloque anti-español no es homogéneo. En sentido estricto, los partidos auténticamente independentistas son JUNTSxCat y ERC. La CUP es solo independentista en segunda línea. En primera línea la CUP es anticapitalista. Su objetivo es lograr en Cataluña lo que nunca logrará en el resto de España: una micro-nación soviética. Sus aliados tácticos son los independentistas, pero sus miras estratégicas apuntan a conquistar el apoyo de las bases más izquierdistas del PSC y de Cat ComuPodem. JUNTSxCat  y ERC, en cambio, son pro-capitalistas, pero en primera línea son nacionalistas, ya sea etnicistas o culturalistas. Sin embargo, necesitan de los anticapitalistas para emanciparse de España del mismo modo como la CUP necesita de la -por ella denominada- burguesía nacionalista catalana para realizar su proyecto anticapitalista. En consecuencia: los tres independentismos en conjunto conforman un bloque nacionalista y socialista. O si se prefiere: nacional-socialista.
Cuarto: los partidos regional- nacionalistas, no solo de Cataluña y España, sino también de Escocia, Italia e incluso Francia, son equivalentes a los grandes partidos nacional-populistas como el del eurófobo Gert Wilders en Holanda, la Afd alemana y, sobre todo, el FN lepenista en Francia. Esa es la razón por la cual los partidos democráticos de toda Europa se han posicionado en contra de ambos nacionalismos: el nacionalismo escisionista y el nacionalismo de gran nación. Por eso mismo, la Rusia de Putin, en su proyecto por desestabilizar a la unidad europea, apuesta y apoya a esos dos nacionalismos, al micro y al macro.
Quinto: después de las grandes victorias obtenidas por los partidos democráticos en Holanda  y Francia, el año 2017 cierra con una gran incertidumbre en Alemania, con la entrada al poder del nacionalismo xenófobo austriaco (FPÖ) gracias a la alianza contraída con el gobierno conservador (ÖVP) y con el nacionalismo regionalista español aliado del anticapitalismo de la CUP. Esta última, reiteramos, es una alianza muy espuria, tan espuria como si en Francia, Le Pen y Melenchon hubieran formado un solo bloque político.
Sexto: en España no todos los votos nacionalistas fueron nacionalistas. No pocos catalanes votaron en contra de la judicialización de la política llevada cabo por el anti-político presidente Rajoy y en contra del oportunismo del PSC, versión local del oportunismo del PSOE. Podem no cuenta. Siempre se sumará al carro vencedor.
Séptimo: en Cataluña ha nacido una esperanza. Un partido como Ciudadanos que, sin renunciar a sus raíces catalanas, defiende la tríada identitaria: ser catalán, ser español y ser europeo. El gran triunfo electoral de Ciudadanos y de Inés Arrimadas tendrá, sin duda, repercusiones en España. Y, tal vez, en Europa.
Octavo: El 22.12. 2017, toda España amaneció unida por el Gordo de la Lotería.