Justo ahora cuando
sobre la Casa Blanca está a punto de estallar una bomba atómica enviada con
cariño desde Pjöngjang por Kim Jong - un.
Justo ahora cuando
en el zoológico de Santiago de Chile un chimpancé se masturba con la lengua
afuera y las madres aterrorizadas tapan con sus manos los ojos de sus niños.
Justo ahora cuando
Putin ha hackeado mi computador apropiándose de mis secretos más íntimos, los
más íntimos que es posible imaginar.
Justo ahora cuando
un estudiante ha puesto punto final a su tesis doctoral titulada: La
relación interdiscursiva de los fenómenos intrasociales de acuerdo a la
percepción interactiva en Habermas y autoconstructivista en Derrida (y
después con una pistola se saltó la tapa de los sesos)
Justo ahora cuando
mi mujer al limpiar la cafetera dibujó en su rostro una sonrisa monalisiaca.
Justo ahora cuando
en una balsa de africanos que huyen del miedo ha nacido un niño y su madre le
ha sonreído con amor, dándole la bienvenida a este mundo.
Justo ahora cuando
he visto a una hoja de la encina caer, anunciando la severidad amarilla del
otoño y la inclemencia negra del invierno.
Y he comenzado a
entender, justo ahora, el valor de cada cosa, el sentido de los tiempos y esa
sombra en el espejo que se va, que se va, y soy yo.
Justo ahora, en
este preciso momento, justo ahora. ¿Por qué tenía que ser ahora, justo ahora?