Durante las últimas décadas se han multiplicado las críticas a la violencia y las propuestas alternativas para controlarla o erradicarla de manera definitiva. Desde diferentes perspectivas y con una variada gama de argumentos, la violencia ha sido rechazada como un fenómeno esencialmente inmoral que promueve valores militaristas y prácticas autoritarias, o por sus elevados costos en términos materiales y de vidas humanas, sus consecuencias negativas para el medio ambiente y su ineficacia como instrumento para la consecución de objetivos sociales y políticos. Leer
Durante las últimas décadas se han multiplicado las críticas a la violencia y las propuestas alternativas para controlarla o erradicarla de manera definitiva. Desde diferentes perspectivas y con una variada gama de argumentos, la violencia ha sido rechazada como un fenómeno esencialmente inmoral que promueve valores militaristas y prácticas autoritarias, o por sus elevados costos en términos materiales y de vidas humanas, sus consecuencias negativas para el medio ambiente y su ineficacia como instrumento para la consecución de objetivos sociales y políticos. Leer