No chama, hoy no hago poesía
No puedo hacerla mientras a ustedes los están matando en la
calle.
No soy ningún pajúo para cantarle a las flores, a los
amores, a los dolores.
No chamita: hoy no hago poesía.
Cuando el odio legítimo llega, cuando veo a los cuerpos
muertos de los que comenzaban a vivir, de los que no verán más a sus novias, de
los que no se continuarán en hijos, de los que ni siquiera tendrán derecho a
equivocarse, no. Hoy no hago poesía.
A otra parte con esa vaina.
Todo verso me rima hoy con una palabra arrecha.
Ya llegará otro día: los tiranos no estarán en sus
tronos, el viento soplará sobre la tierra, los cuerpos de los asesinados serán
la tierra, las novias -ya sin lágrimas que llorar- tendrán otros novios, las
madres llevarán flores a sus niños muertos.
Pero hoy no, hoy no chama: hoy no hago poesía