A fin de ayudar a
entender el carácter y sentido de esa manifestación, he redactado las siguiente
siete tesis.
1. Importante es remarcar que, en contra de
lo que han supuesto algunos sectores no organizados de la oposición, dicha
manifestación no obedece a un llamado insurreccional. Hasta el momento en
ninguna convocatoria se lee, “a salir del gobierno”, o algo parecido. Que así
pueda suceder como consecuencia de este u otro acontecimiento, nadie lo puede
vaticinar. Venezuela atraviesa por una situación en la cual cada suceso
puede revertir sobre otro, generándose así dinámicas imposibles de ser
previstas.
2. Se puede afirmar, sin embargo, que nunca
en toda la historia del chavismo y del madurismo las condiciones han sido tan
desfavorables para el régimen. El aislamiento internacional de Maduro es
casi total. En América Latina solo lo apoyan las dictaduras cubana y
nicaragüense y el autoritarismo boliviano. El repudio de los gobiernos
democráticos europeos es general. Ni siquiera las dictaduras militares del siglo
XX lograron concitar tanto rechazo. En el plano interno es minoría absoluta. La
situación económica es catastrófica y no hay visos de recuperación. A Maduro
solo lo sigue una clientela cada vez más disminuida, una cúpula militar
corrupta y grupos de ilegales para-militares. Por otro lado, la oposición
nunca ha estado tan unida como en estos últimos días. Las fisuras
producidas entre la ciudadanía y sus parlamentarios ya están cerradas. Las
multitudes han perdido el miedo y enfrentan con manos y piedras a tropas
armadas hasta los dientes. En fin, para decirlo en términos directos, la
dictadura agoniza. Si esa agonía será breve o larga, es una pregunta que
nadie puede responder.
3. La convocatoria del 19-A ha sido
redactada como protesta en contra del golpe de estado al parlamento, golpe que
culminó con la anulación de la AN por el TSJ. Pero como ha señalado la mayoría
de quienes se ocupan de estudiar el caso venezolano, no fue ese un golpe
repentino. La anulación de la Asamblea fue un golpe más en una cadena de
golpes asestados a la Constitución, a la democracia y al pueblo. Tal vez,
el más decisivo, el más evidente, el más grosero. Golpes precedentes fueron
dados al revocatorio (constitucional y electoral) y a las elecciones regionales
pautadas para el 2016 y 2017. La cadena golpista ha continuado en la reciente
inhabilitación a Henrique Capriles. Esa es la razón por la cual la protesta en
contra del golpe será, inevitablemente, una protesta en contra de toda la
dictadura de Maduro. Pues la naturaleza de la dictadura es golpista. Detener
el golpe –como reza la convocatoria al 19-A- significa detener a la dictadura.
El golpismo es la dictadura. La dictadura es el golpismo.
4. El 19-A se encuadra dentro de la más
estricta continuidad con la historia de la lucha antidictatorial. Esa lucha ha
sido definida por sus cuatro puntos cardinales: pacífica, democrática,
constitucional y electoral.
5. La convocación a elecciones fue,
antes del golpe a la AN, la principal exigencia de la oposición. Pero
después del golpe a la AN las exigencias pasaron a ser dos: elecciones y
devolución de su soberanía a la AN. Lo último pasa por la inmediata
destitución de los magistrados golpistas. A esas dos exigencias, y surgidas de
la propia lucha, han sido agregadas otras dos: anulación de la
inhabilitacioes y disolución inmediata de los grupos
para-militares.
6. Las elecciones (regionales o generales),
la reivindicación constitucional de la AN, el fin de las inhabilitaciones y la
disolución de los para-militares, no son puntos separados entre sí. Constituyen
un todo. Cada uno depende del otro. Cualquier intento del régimen por sacar
del contexto a una o a algunas de esas cuatro exigencias, debería ser
considerado como una simple coartada destinada a engañar y a dividir a la
oposición.
7. El llamado a elecciones, a las cuales el
régimen podría aceptar como una posibilidad de sobrevivencia, debe ser
entendido como un llamado a la celebración de elecciones libres. Pero no
puede haber elecciones libres con un parlamento secuestrado, con políticos
ilegalmente inhabilitados, y con grupos armados disparando en contra de la
ciudadanía.
Por muy repetida
que sea, la frase no deja de ser cierta. El 19-A el pueblo venezolano tiene una
cita con la historia.