se cruzan en el
aire 
con los cuervos de la muerte 
Así es el tiempo del ser.
El tiempo del ser
no tiene edad ni sexo, 
solo intervalos 
El tiempo del ser
no tiene días 
ni noches, 
solo vacíos 
y entre los
vacíos del ser, nació la palabra 
Y juntando a las
palabras un viejo me dijo:
yo soy el que
soy
yo soy el ser
del ser 
yo soy el que
precede 
a todos los
nacimientos
y soy también
el que sigue 
a todos los
“morimientos”
habidos y por
haber. 
Y yo le dije:
Que se haga tu voluntad,
viejo.
Que se haga tu
voluntad.
Así en el cielo
como en la tierra.
