Germán Carrasco - GANAS DE TROTAR BAJO LA TEMPESTAD
Nacimos en el desprecio a los signos de exclamación,
en habitáculos donde sólo se llega a dormir o al amor
y se sujetan los áfonos y dulces quejidos, en el desprecio
a esos signos que tanto daño han hecho a los amantes
y a la relación entre empleadores y empleados.
Tenues
ofrecemos té y vino en diminutivos a quien comparte la charla,
el ajedrez sin fanfarronear el triunfo, sotto voce
como si con los decibeles se fueran a marchitar las calas
o fuera a ocurrir algo terrible
y alguien sugiere una épica del silencio,
conformada por la antología de Cuántos
ecos, susurros y gemidos
porque luego de leer versos durante media hora se puede sentir el paso de un diente de león con mensaje amante o una pelusa al cruzar el cuarto y comprender de inmediato que se trata de la muerte; luego de leer sin prejuicio a los pares la tradición la calle, se puede superar el gusto y los prejuicios; se puede entender las sutilezas burguesas en forma de haikúes, sonetos de agua y esas cosas. Sin inquietarse.
Milagros Ábalo - EL REALITY DE LA VIDA REAL
Matías Rivas - ME CALIENTA VERME PENSAR
Milagros Ábalo - EL REALITY DE LA VIDA REAL
Alisado con keratina de chocolate + masaje reductivo + depilación IPL en rostro, axilas, medio brazo, pierna completa, abdomen, media espalda baja y alta, full brazilian
GROUPON
GROUPON
La rumorología llegó a decir que era tanta la fama
que untaba su cara cada mañana
con caca de ruiseñor para verse más lozana
mientras allá afuera esperan a la dama
el show de luces encandilantes y un séquito de silbidos a los cuatro vientos.
Por tan sólo pararse frente a las cámaras
su cuenta crecía y crecía el precio de la fama
la vanidad del Yo de una diosa acusada prontamente de divismo
(humos a la cabeza)
cuando decía tener genética europea que no engorda.
Las cartas del tarot matinal le presagiaron de todo
grandes proyectos televisivos, viajes-despilfarro
pero nada del episodio que fuera captado días después
por un fotógrafo que se haría igual de famoso
como la silla musical vamos rotando.
Todo tiene que ver con el alcohol una vez más con el amor
los celos se alumbraron, como en su pecho el cristal Swarovski,
y en un zarpazo de leopardo afuera cuero cabelludo de doncel
la traición la agresión salió a la luz era que no
y se llenaron la boca con la loca entronizada
al ridículo ahora en su escalada de descontrol
apenas vestida, echándose a llorar
y aunque su trabajo también era llorar, pronto se aburrieron
indiferentes a su nombre a sus pellejerías ya
vino el silencio de una vida en segundo plano
un segundo
el segundo de la dueña de casa/sus muchas caras o ninguna
que fija frente al brillo de sus deberes
con las venas en las medias comenta
Una vez más una belleza se hunde
que untaba su cara cada mañana
con caca de ruiseñor para verse más lozana
mientras allá afuera esperan a la dama
el show de luces encandilantes y un séquito de silbidos a los cuatro vientos.
Por tan sólo pararse frente a las cámaras
su cuenta crecía y crecía el precio de la fama
la vanidad del Yo de una diosa acusada prontamente de divismo
(humos a la cabeza)
cuando decía tener genética europea que no engorda.
Las cartas del tarot matinal le presagiaron de todo
grandes proyectos televisivos, viajes-despilfarro
pero nada del episodio que fuera captado días después
por un fotógrafo que se haría igual de famoso
como la silla musical vamos rotando.
Todo tiene que ver con el alcohol una vez más con el amor
los celos se alumbraron, como en su pecho el cristal Swarovski,
y en un zarpazo de leopardo afuera cuero cabelludo de doncel
la traición la agresión salió a la luz era que no
y se llenaron la boca con la loca entronizada
al ridículo ahora en su escalada de descontrol
apenas vestida, echándose a llorar
y aunque su trabajo también era llorar, pronto se aburrieron
indiferentes a su nombre a sus pellejerías ya
vino el silencio de una vida en segundo plano
un segundo
el segundo de la dueña de casa/sus muchas caras o ninguna
que fija frente al brillo de sus deberes
con las venas en las medias comenta
Una vez más una belleza se hunde
Matías Rivas - ME CALIENTA VERME PENSAR
Como muchos, casi no me miro
Me guardo. Y me detengo frente a las vitrinas
Y me mareo
Y me calienta verme pensar
Creo que soy un perro o una negra o no
Enciendo un cigarro
Saco mis cálculos. Y sospecho que estoy enfermo
Leo. Y escucho a los vecinos
Aunque no los veo, los tengo en las narices
Oigo sus quejas. Y miro el número de la página
"La anarquía de la pobreza
Me seduce, la vieja
Casa amarilla de madera carcomida
Entre las nuevas viviendas de ladrillos"
Pasa alguien. Y pongo los ojos en las pantallas
Se acercan. Y me huelen el culo
Y marcan sus labios en los vidrios
Miro los cables y los enchufes
Efectivamente estoy enfermo -me digo
Debería esconderme
Noventa horas en silencio -quizás.
Me guardo. Y me detengo frente a las vitrinas
Y me mareo
Y me calienta verme pensar
Creo que soy un perro o una negra o no
Enciendo un cigarro
Saco mis cálculos. Y sospecho que estoy enfermo
Leo. Y escucho a los vecinos
Aunque no los veo, los tengo en las narices
Oigo sus quejas. Y miro el número de la página
"La anarquía de la pobreza
Me seduce, la vieja
Casa amarilla de madera carcomida
Entre las nuevas viviendas de ladrillos"
Pasa alguien. Y pongo los ojos en las pantallas
Se acercan. Y me huelen el culo
Y marcan sus labios en los vidrios
Miro los cables y los enchufes
Efectivamente estoy enfermo -me digo
Debería esconderme
Noventa horas en silencio -quizás.