No le voy a
responder. Anunció que me iba a agredir nuevamente. Y lo hizo. Lo ha hecho en
dos columnas sucesivas. Pero yo no le voy a responder. No.
No es que rehuya a
la discusión, al debate o a la polémica. Todo lo contrario. Amo a la
contradicción con toda mi alma. La contra-dicción es para mí, la palabra dicha
en contra. Es la palabra que te hace pensar, dudar, cambiar, corregir. Desde
que me inicié en el mundo gris de la teoría, he vivido discutiendo. Sin parar.
Y lo seguiré haciendo hasta que más no pueda. Pero para discutir necesito
argumentos, ideas, posiciones. Imposible responder a alguien que solo apela a
la lógica de la agresión pura. ¿Cómo voy a responder a sus agresiones con otras
agresiones? ¿Para qué? ¿A quién ayudo? No. No le voy a responder.
No le voy a
responder. No le voy a responder porque he percibido que a quien él ataca no es
a mí. A quien él ataca sirviéndose de mí, es a otras personas cuya biografía y
opiniones políticas son similares a las mías.
Mis posiciones
frente al caso venezolano -lo he podido verificar- no se diferencian en casi
nada de las emitidas en la página editorial de Tal Cual. Comparto asimismo, y
lo digo sin reservas, las opiniones de Elías Pino Izurieta y Alberto Barrera
Tyszka, solo por nombrar a dos venezolanos de reconocimiento internacional. El
agresor de marras, sin embargo, no ataca a nadie cerca de su entorno. Pero a mí
sí. Es más fácil. Él no me va a encontrar en el ascensor de la Universidad. No se
topará conmigo en un cine ni en la mesa vecina del restaurante. Él es en suma un cobarde. ¿Cómo voy a responder a un cobarde? No. No le voy a responder.
No le voy a
responder. ¿Cómo responder a alguien que no intenta discutir sino simplemente
agredir, ofender, insultar? ¿Cómo responder a alguien que te animaliza al
designarte? ¿A alguien que sigue el
ejemplo de Hitler quien al referirse a los judíos los llamaba ratas? ¿El de
Castro quien llamaba gusanos a los fugitivos? ¿El de Pinochet quien nos llamaba
mala hierba? ¿El de los racistas cuando le dicen a los negros, monos; y a los
árabes, camellos? ¿Cómo le voy a responder?
¿Cómo responder a
un agresor cuando te tilda de bovino y se burla de tu nacionalidad y de tu
lugar de residencia? Y, vaya, que no se
trata de un exabrupto. No se trata de un twiter, donde de pronto uno escribe
cosas sin pensar. Se trata nada menos que de un artículo semanal, pensado,
meditado, elucubrado. ¿Con qué objeto? ¿Para qué? ¿Qué persigue? ¿Qué tumor
espiritual lo devora? ¿Qué insana envidia lo carcome? ¿Cómo voy a responder a alguien de esa estofa?
No le voy a
responder. Que se guarde su infamia para sí mismo, que siga usando el espacio
que le concede un diario para insultarme, a mí, quien nunca antes había dicho
nada en contra de él pues ni lo conozco y casi no sé quien es. ¿Cómo le voy a
responder?`
Definitivamente no.
Yo no le voy a responder.
Para quienes quieren saber como @CarlosRaulHer me ha agredido, ver en
http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/bisonte-del-sur_626534
http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/entrevista-con-castro_629392
Para quienes quieren saber como @CarlosRaulHer me ha agredido, ver en
http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/bisonte-del-sur_626534
http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/entrevista-con-castro_629392