Martin Heidegger, el “Rey de la filosofía”, en la entusiasta expresión de Hanna Arendt, y el influyente vate francés René Char, conocido por muchos por sus vinculaciones surrealistas, se conocieron en 1955. Un encuentro nada obvio, como tampoco lo fueron sus relaciones con la misma pensadora judía alemana. Heidegger había colaborado oblicuamente con los nazis en 1934, al aceptar la rectoría de la Universidad de Friburgo, pero nunca negó sus simpatías por lo que consideraba la “grandeza esencial” del proyecto de Hitler. Char, por su parte, como “capitan Alexandre”, combatió abiertamente a los alemanes desde su activo puesto en la nunca especialmente activa resistencia francesa LEER/
Martin Heidegger, el “Rey de la filosofía”, en la entusiasta expresión de Hanna Arendt, y el influyente vate francés René Char, conocido por muchos por sus vinculaciones surrealistas, se conocieron en 1955. Un encuentro nada obvio, como tampoco lo fueron sus relaciones con la misma pensadora judía alemana. Heidegger había colaborado oblicuamente con los nazis en 1934, al aceptar la rectoría de la Universidad de Friburgo, pero nunca negó sus simpatías por lo que consideraba la “grandeza esencial” del proyecto de Hitler. Char, por su parte, como “capitan Alexandre”, combatió abiertamente a los alemanes desde su activo puesto en la nunca especialmente activa resistencia francesa LEER/