A los que
quisieron elevarse por sobre las leyes del poder
A los que
intentaron ser dioses y hacer a las naciones a su imagen y semejanza
A los que no
respetaron ni a los destinos ni a las biografías
A los que no
enmudecieron frente al llanto de las novias
A los que
callaron frente al dolor terrible de las madres
A los que usaron
a los humanos como arcilla para construir hombres nuevos
A los que
hicieron matar y torturar en nombre de su fama
A todos esos les
llegará su hora: la biología es más sabia que la historia.
Serán festejados
o llorados, envueltos en banderas, incinerados o embalsamados
Pero el tiempo
que es el viento de la vida los irá –uno a uno- borrando de la tierra
Serán gusanos,
serán bacterias, serán microbios, serán anécdotas, serán una fecha aprendida de
memoria en las escuelas
Y con el correr
de los siglos no quedará nada y como ellos nada fueron, nada serán.
Del sembrador
florecerán las semillas y de las flores vendrán las danzas, los amores y
los versos. Pero de ellos nada nuevo nacerá.
¡Ese y no otro
será el castigo!