Viernes de la poesía- TRES DE ANTON JULIAN

LA CAÍDA

Hay momentos en los cuales me caigo de este mundo

Busco algo en que sostenerme,
no un bastón, un recuerdo, una boca pintada,
un perdido amor, una alegría que no fue,
una noche, un día, tal vez un amanecer,
la guerra en contra de un malvado
una idea destinada a convertirse en materia,
una mano tibia sobre mi hombro

Y una voz que muy bajito me decía: 
Julian, a pesar de todo te quiero.


HASTA QUE PUEDA

He estado plantando semillas de dedales en mi jardín:
Son blancos
Tardan dos años en nacer, cuando son blancos.
Espero que cuando ellos nazcan yo esté vivo.
Prometo sin ninguna patología que los regaré
hasta que pueda y no haré de ellos
ningún poema, y sobre todo, ninguna ideología.
Después de regarlos me tomaré un vaso de vino
a tu salud
y cerraré los ojos pensando
en esas cosas tan lindas que me ha dado la vida.


AGOSTO

Las flores de agosto
nacen un tanto marchitas,
pero son flores
son buenas,
los capucinos,
las amarillas en copitos, no sé como se llaman
y los crisantemos,
los rosados,
los amarillos,
los azules y
los más abundantes,
los morados
que adornan las casas
de los que se fueron,

tienen un olor raro
lo traen desde abajo, de la tierra
desde donde vinieron.  
Todo florece levemente
todo adorna al pasado.

Los pájaros negros ya no vuelven.
Hay un horrible silencio de alas.
Aparecen nubes sobre el vacío.
Yo tomo tu mano y pienso:
La vida llega, se queda, y se va

Así como vino, se va.