LA CAÍDA
Hay momentos en
los cuales me caigo de este mundo
Busco algo en que
sostenerme,
no un bastón, un
recuerdo, una boca pintada,
un perdido amor,
una alegría que no fue,
una noche, un
día, tal vez un amanecer,
la guerra en
contra de un malvado
una idea
destinada a convertirse en materia,
una mano tibia
sobre mi hombro
Y una voz que muy
bajito me decía:
Julian, a pesar de todo te quiero.
Julian, a pesar de todo te quiero.
HASTA QUE PUEDA
He estado
plantando semillas de dedales en mi jardín:
Son blancos
Tardan dos años en nacer, cuando son blancos.
Espero que cuando
ellos nazcan yo esté vivo.
Prometo sin
ninguna patología que los regaré
hasta que pueda y
no haré de ellos
ningún poema, y
sobre todo, ninguna ideología.
Después de
regarlos me tomaré un vaso de vino
a tu salud
y cerraré los
ojos pensando
en esas cosas tan
lindas que me ha dado la vida.
AGOSTO
Las flores de
agosto
nacen un tanto
marchitas,
pero son flores
son buenas,
los capucinos,
las amarillas en
copitos, no sé como se llaman
y los
crisantemos,
los rosados,
los amarillos,
los azules y
los más
abundantes,
los morados
que adornan las
casas
de los que se
fueron,
tienen un olor raro
lo traen desde
abajo, de la tierra
desde donde
vinieron.
Todo florece
levemente
todo adorna al
pasado.
Los pájaros
negros ya no vuelven.
Hay un horrible silencio
de alas.
Aparecen nubes sobre el vacío.
Yo tomo tu mano y
pienso:
La vida llega, se
queda, y se va
Así como vino, se
va.