Viernes de la Poesía: Anton Julian - EL PUENTE







Puede ser que después de la muerte no haya nada, solo un vacío, pero el vacío es algo. O quizás hay algo más: otro espacio, otro tiempo, otro ser que no lleva tu nombre ni muestra tus cicatrices y sin embargo eres tú: una piedra, una arena, un rayo, un sol.


Puede ser que dios no exista o que él solo sea el tiempo de la eternidad total, no un ser. Solo un tiempo que deja de ser cada vez que es: un aliento, un soplo, un lamento, una gota de agua, un irse y un volver.

Puede ser que ya esté muerto o lo que es casi lo mismo, puede ser que no haya nacido todavía y esté en otra parte: en un maíz, en una uva, en una hoja, en un lápiz.

Todo es posible. Pero a partir de un determinado momento nada será igual a nada.

Porque caminaré sobre un puente
Y todo estará y será muy oscuro
Nadie sabe donde terminará ese puente,
es largo, no hay nadie
no hay ruidos.
No estarás ni siquiera tú, amigo mago,
y yo no seré más de aquí
y yo seré un retrato, un zapato, un anillo, un eco.

Es el silencio quien ahora aúlla.

Hoy he comenzado a caminar sobre el puente.
Atrás van quedando los miedos.
Mis piernas están por terminar su recorrido. 
Quien lo diría, si parece que fue ayer
cuando nos sentamos sobre el pasto,
en el Parque Forestal, a contemplar
el paso de los pelícanos morados del otoño.

Hoy estoy dejando de ser igual a mí.
Hoy estoy llegando casi al final del puente.

Pero después del puente solo veo a otro puente.