Era una mujer:
tenía solo dos
ojos
y dos orejas,
y una sola nariz
¡con dos fosas!
y una única boca,
y una lengua
dulce
y dos pechos de
leche
y un sincero
ombligo
y un nido de amor
entre las dos
piernas
y dos pies con
dos zapatos
y a pesar de
todos esos
defectos,
insuficiencias,
maleficios
y problemas,
él la amó siempre
con pasión inusitada