¿Cómo evalúa lo que
ocurrió en Venezuela el 6 de diciembre?
A partir de ese día la oposición pasa,
a través del Parlamento, a ocupar una parte del Estado con una cantidad
adicional de atribuciones ejecutivas derivadas de la mayoría calificada
obtenida en los últimos recuentos. Se constituye así un Estado dual. Dicho de
modo irónico, la oposición ha salvado a Maduro de convertirse en un dictador
total.
En Venezuela en estos momentos hay dos
poderes: uno más instrumental que político (armas, dinero, represión)
representado en el ejecutivo y otro más político (y social) que instrumental,
representado en el legislativo.
¿Estamos frente el
fin del chavismo? ¿Después de esta derrota cuál es su principal desafío?
Por el momento parece que estamos
llegando al fin de la fase madurista del chavismo. Es también el fin de la
forma populista de representación política (no hay populismo sin pueblo y sin
líder populista). Si el chavismo puede llegar a constituirse bajo otras formas
como lo logró el peronismo, es imposible saberlo. La historia del futuro no ha
sido escrita todavía.
¿Cree que las
elecciones se ganaron por el voto castigo o por el trabajo hecho por la
oposición?
Parece que ahí nos topamos con una discusión inútil. Todo voto válido
implica un castigo y un premio. Solo el voto en blanco o el nulo, cuando es
militante, es castigo.
Ahora, pensemos matemáticamente: La
oposición en el pasado no bajó del 40%. Ese es su capital constante. Y un 40% de voto no-castigo, no es poco. El
20% de capital variable –que no es necesariamente castigo- es el que debe ser
mantenido e incluso aumentado.
¿Cuál es el reto que
tiene la oposición para atraer a los chavistas descontentos?
Reconocerlos como lo que son y no como quisiéramos que sean. Lo peor que se
puede hacer es repetir lo que hizo el chavismo con la oposición. Macri, en
Argentina, lo aclaró muy bien: le dijo a los peronistas: “Yo no te vengo a
pedir el voto. Te respeto a vos como sos. Pero te ofrezco trabajar juntos para
resolver problemas comunes".
Todo apunta a que la
crisis económica se profundizará en 2016. ¿Quién terminará asumiendo el costo
de esa crisis el gobierno o la oposición?
La crisis no es una cosa en sí. A
Maduro se le arrancó la economía por razones políticas. Nadie quiere invertir
en un país donde las instituciones y las leyes no funcionan. Solo
reestableciendo un mínimo de estabilidad y orden político será posible
solucionar la economía. Al revés no resulta. La economía no se rige por “modelos” sino por “procesos”. Son dos cosas muy
diferentes
¿De qué manera
inciden los resultados del domingo en la región?
Después de Argentina, Venezuela se inscribe en el proceso de
democratización que se inició en la última década del siglo XX, proceso
interrumpido por la aparición de autocracias hegemonizadas por el
castro-chavismo. Precisamente hoy he leído que en Bolivia las encuestas ya no
son favorables a la reelección de Morales. La locura del “socialismo del siglo
XXl” ha terminado. Quizás para siempre.
Pero por otra parte, el general Raúl Castro es el último dictador militar
del continente. El clamor por elecciones libres en la isla debería ser
continental. La oposición venezolana puede y debe ayudar a la oposición cubana
a encontrar su camino. Al fin y al cabo la oposición de Venezuela sabe lo que
es necesitar de ayuda y no recibirla.