Estar cerca
del Ser de Todas las Cosas lo atraía como
el imán a la aguja
Quería pero no
quería
irse porque en su
estancia en la tierra
había conocido a lo único que amaba,
una mujer,
en ese momento, en
pijama.
Entre esas dos
fuerzas contrarias
transcurría su
vida, como la de todos
los mortales
fue así que
escribió un día:
entre la vida
y la muerte
solo hay un
breve espacio: y eso soy yo.
Leyó en voz alta
lo escrito, y la mujer
en ese momento en
pijama
lloró una lágrima
de dos milímetros de largo
El abrió entonces
la ventana
y con una mano en
los labios
envió un beso de
amor
a la paloma
blanca emplumada de negro.
Una gota de
lluvia de dos milímetros de largo
cayó entonces
sobre el pasto.