de repente
—y esto se da en el corazón del Ser mismo!— existe Otro
que vive contigo, que te acompaña, te protege y no
te deja nunca, ni un solo
instante .
Ya nos lo sopló en la oreja Rimbaud
y no como secreto de polichinela,
que Yo era Otro. Lo que sonaba
como una advertencia
del que va delante en lo oscuro y en
“explorador”,
para invitarnos a “Poner mucha
Atención”...
y no podía ser más claro por supuesto...
Este Otro se manifiesta, por instantes con la atención,
tan nítidamente, con tanta calidez,
que echa por los suelos
todo ese batallón de penas, de quejas, de tristezas, dolores, angustias,
envidias, frustraciones, temores, dudas, aprehensiones que, sin cuartel nos
agobian el dia y la noche.
Él nos envuelve,
nos abriga
y reconforta con su confianza
infinita,
haciéndonos conscientes que estamos ya y seremos siempre en
Dominio Supremo !,
que allí estamos “en propiedad”
:
VER, RECONOCER, SABER, por vía directa
e inmediata,
esa vía platónica, donde gozamos de la plena potestad de nuestro Ser !...