El sol de mayo inundó de pronto
todas las calles de la ciudad 
donde yo vivo, nacIó la vida 
en todo su inusitado esplendor, 
las flores abrieron con mucha rabia 
y los pájaros estallaron en el aire 
como si fueran misiles emplumados.
En la ciudad donde yo vivo, ahí 
en el terminal de buses, un grupo 
de muchachas rubias, negras, 
musulmanas, cristianas y paganas,
reía sin parar, ninguna decía nada 
pero reían, reían así no más: Reían.
No estaban locas ni cluecas ese Jueves
reían simplemente porque la vida
reían simplemente porque la vida
las hacía reir, reían porque están vivas, 
reían porque eran y porque son.
¡Reían por el simple placer de estar aquí! 
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