Nunca pensé que iba a llegar a decir esto, pero Venezuela está peor que Cuba. Es cierto que el país suramericano no ha sobrepasado en número –ni en intensidad– el desabastecimiento de productos básicos, el colapso económico, ni la vigilancia policial que padecemos nosotros; pero Venezuela está peor que Cuba. Su gravedad viene dada porque repite ese pasado fallido del que los cubanos estamos tratando de escapar. En el caso de ambas naciones, el fiasco ha estado determinado en gran medida por un liderazgo incorrecto y nocivo. Cuba, con un Fidel Castro que intentó moldear el país a su imagen y semejanza, teniendo él tan marcada tendencia al autoritarismo, la intolerancia, la obsesión por el poder y la incapacidad de lidiar con el éxito ajeno. A lo cual hay que sumarle una paranoia feroz, que lo hacía desconfiar hasta de su propia sombra y que parece haberle transmitido a su discípulo Nicolás Maduro. Leer