Osvaldo Monsalve - PARÍS




...”Todo se manifiesta al Ser expuesto a la Luz y
todo lo expuesto a la Luz se transforma en Luz”.
(San Pablo)

Ahora, ya conoce el camino. Ese camino que-se-hace-con-el-andar, según Machado. Que comienza en la noche, subiendo al tren nocturno de Carcassonne y que termina en Paris a las 7 de la mañana. Allí lo estará esperando el Museo de Arte Moderno, frente a la torre Eiffel; o bien el Grand Palais (o el Petit Palais), o sino el Centro Pompidou, esa colmena!.

Asi, las cosas desde el comienzo, como deben ser, llegando a la ciudad-luz cuando se inauguran las primeras luces de la mañana; alli donde el primer reflejo será tomar un buen desayuno. Su rendez-vous de la alegria y la fiesta. Privilegio inaudito al mismo tiempo, piensa Él cada vez, viendo que ni siquiera esos artistas-protagonistas, no tuvieron esa suerte extrema, la de ver al mismo tiempo toda su obra o casi, reunida. Si eso no fuera ya suficiente, está Paris mismo a ver, a visitar, a recorrer, a descubrir. Además, y no por ser último será lo menor, está esa su gran suerte de hacer croquis, tomando apuntes de color en cualquier lugar, siendo sus preferidos, trabajar a orillas del Sena.
En fin, se siente un privilegiado en esa ciudad-luz, ciudad del arte. Pero, ¿de dónde le viene, de dónde obtiene ella esa vocación?, se lo pregunta siempre. Y se responde que su vocación ha de originarse sin duda en ese sentido suyo del ritmo, ya que está en el país de la “mesure”, de la medida...Sólo un ejemplo, es lo que Él llama“el Caracol Alquímico”, la administración urbana por arrondissements que

Él observó generarse en el mismo corazón de Nôtre Dame y dibujando una espiral que evoluciona “en el sentido” del reloj (como son todos los procesos “naturales” según la alquimia) y no al revés. Cosa que ilustra a propósito, esa “radiancia-imantación” que París ha inspirado siempre en los artistas, acogiéndolos, dejándolos afirmarse, dejándolos ser!.

Esta vez, viene especialmente por Edward Hooper y la colección de pintura alemana contemporánea de Michael Hertzog. Precisamente, mister Hooper, Herr Hertzog y en tercer lugar la exposición “El Arte en Guerra” responden y comentan precisos ese magnetizmo persistente...
Persistente, como ha sido ese “Siglo de las Luces”, a no dudar !

¿Qué es todo esto? ¿Un caso de la Cultura tal vez? 
Fenómeno histórico, o político, o social, o ecológico?  ¿O puro mecanismo psicológico, de la Subjetividad-en-la-Historia?

“Paris, rosa magnética,
antigua obra de araña,
estaba allí, plateada,
entre el tiempo del río que camina
y el tiempo arrodillado en Notre Dame:
una colmena de la miel errante,
una ciudad de la familia humana.”
(“PARIS 1927”-Pablo NERUDA)

De repente, todo puede llegar a presentarse —en la Historia del Ser Humano— como una perpetua interpretación errónea de las cosas. Como de subentendidos mal entendidos; de quid pro quos heredados y perpetuados.  Desde el momento ya en que se ignora que, cuando se trata del Ser entramos en el mundo de las calidades y que las cantidades son ya cosa superflua. No asi los ritmos y las cadencias, armónicos de todas esas formas que nos rodean, que nos mueven, que nos conmueven, que nos dan la vida!

Y Él está aquí de nuevo por toda esa vida, haciendo la cola una hora y media a la puerta del Grand Palais, aún rodeados de nieve “partout”. Cada vez París con sus luces (que son su alimento) le hacen el rol del pez fuera del agua, llegando de la provincia. Un fascinante descubrimiento le esperaba en el interior. Que fue idéntico luego en la tarde, por “El Arte en Guerra” y aún más al día siguiente con la colección de arte contemporáneo alemán. Mas, era necesario llegar a la tercera, para ser sobrecogido por el sentido de unidad enhebrando esas tres muestras, paralelas e independientes:
   el sentido primero, le permite “distinguir” en el flujo de lo indiscernible. Lo hace conciente de las líneas precisas (es el Dibujo) y de los colores que caracterizan los planos (es la Pintura) y de la riqueza real, musical y vibratoria que animarà esos planos (es el Espacio-Tiempo!). 

Aquí, ese puro distinguir evolucionará a             “conciencia de lo Real”,
en un salto de plano y de octava, que es        el despertar,
con nuestro sentido recuperado. 
Que lo pone en contacto, por la conciencia una vez mas,
con esa materialidad,
por el conocer, activando su memoria y poniendo en fin al Ser en plaza, en medio de la Eternidad...  

Todo era como si vistas las tres exposiciones, le hubieran contado a Él una larga narración y así introducido a un juego muy complejo y sobre todo a las reglas que lo rigen. Así Él, en fin, podía entrar en ese juego. y Él sentía a los otros que lo precedieron, paralelos al Espíritu suyo, haciendo los mismos pasos sigilosos.  Pasos suyos, salvando el espacio inmenso que es atravesar el Atlántico, que es atravesar aquel tiempo, que es este tiempo, que es este espacio, que es el suyo! El espacio de su Ser Ahora, aquí, rodeado de luz.