Jorge Luis Borges - EL PRINCIPIO



Dos griegos están conversando: Sócrates acaso y Parménides. 

Conviene que no sepamos nunca sus nombres; la historia, así, será más misteriosa y más tranquila. 

El tema del diálogo es abstracto. Aluden a veces a mitos, de los que ambos descreen. 

Las razones que alegan pueden abundar en falacias y no dan con un fin. 

No polemizan. Y no quieren persuadir ni ser persuadidos, no piensan en ganar o en perder. 

Están de acuerdo en una sola cosa; saben que la discusión es el no imposible camino para llegar a una verdad.  

Libres del mito y de la metáfora, piensan o tratan de pensar. 

No sabremos nunca sus nombres. 

Esta conversación de dos desconocidos en un lugar de Grecia es el hecho capital de la Historia. 

Han olvidado la plegaria y la magia.