Osvaldo Monsalve - EL GRAN MANITU



El Silencio del Verano me absorbe,
cariñoso, de nuevo, lleno de sus pa-
roxismos, luminoso y culminante de
fruiciones...

   Malraux intuitivo vaticinó (por los años 50), que el s. XX seria “espiritual”... o no seria.  Y esto no se bién por qué, me lo recuerdo paralelamente al verso de Luis Aragon de que “la Mujer va a ser el avenir del Hombre”... Es acaso un vaticinio, que la Mujer, lo concreto, físico, sexual y corporal de la especie... va a transformarse en el foyer del espíritu, lo que es el principio escencial e interno del cuerpo nuestro?

   Hoy dia, aqui en Occidente, no se para de hablar de los tres monoteismos, como una evidencia de lo que es el Mundo.  Evidencia que le hace “una manga” o “un brazo de honor” (se me olvidó cómo expresábamos el desprecio desafiante en Chile) a lo dicho por Marx que “la religión es el opio de los pueblos”.  Aqui en Francia por lo demas, desde que se habla de “espíritu”, todo el mundo lo asimila a lo religioso.  Cosa esta que siempre me ha hecho reaccionar, en un reflejo de laicidad; pero hoy, después de haber asistido a la conferencia de Fernando Mires en Paris sobre Venezuela, lo veo como una cosa natural, puesto que el Espíritu, así como toda religión, se interesan en lo que es lo escencial del Ser:  y si nos detenemos destacando lo material y lo concreto del ser (en el caso de Venezuela, del pueblo y su miseria), no podemos ignorar su complementario, que es lo metafísico.
   Igualmente con la colonia venezolana de Paris, se habló de “la realidad evidente del Pueblo venezolano”, como una unidad concreta y a diferencia de Chile, donde por las diferencias de clase social netas, ese concepto se ve difuso.  Fernando abundó el paradigma ese, citando ademas el pueblo argentino, el ucraniano o el tunecino.
   O sea, “pueblo” me parece, tiene por un lado una connotación socio-política y por otro lado se asimila mas bien a una connotación “bíblica”...  o sea, aparece “el Pueblo Unido-jamas-vencido”, mítico y mesiánico, que nos conduce y guia hacia el Ser Escencial, a la Cultura y a la Metafísica...

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   Todo este preámbulo, para venir a lo que traté de tocar en ese famoso encuentro parisino:  Hablar de mi experiencia con José Illapa el indio peruano, que vive todo el tiempo refugiado entre La Paz y Santiago...
...En este momento, Carlos mi hermano fotógrafo se prepara a empezar un video en Santiago con José.   Elda que partirá el mes próximo a Chile para continuar sus estudios de Derecho, va allí impregnada de una mística latinoamericana ferviente.  Veo ahí, una cosa semejante a la que conocimos nosotros; aquella de “la revolución en la ternura”...  Cerca también de ese “real maravilloso” y de esa inagotable poesia que veiamos que late en cualquier pedazo de la tierra americana, nuestro continente con forma de corazón...
   (me digo aquí que tal vez estoy incurriendo en un grave error.   Que estoy sembrando la confusion hablando de esto, cuando ahora se trata de cosas concretas y de que el pueblo, que los pueblos sufren de manera precisa la miseria negra, mientras yo retardo la cosa con mis elucubraciones metafisicas...)

   Pués la semana pasada, además de asistir a esa conferencia magistral de Fernando, visité también en Paris el “Museo de las Artes Primeras” y allí fui más que sobrecogido viendo a ese “real maravilloso” en Papuasia, Oceania, Africa y América.  Ahi, se daba y aparecia ese real maravilloso, como algo terrorífico a veces, pero en ese momento me daba cuenta que yo estaba en un dominio mucho más allá de lo estético, o un dominio mayor mejor dicho, que lo comprendia.  Era el dominio del Ser.  Sobretodo, lo que se destacaba allí para mi, era que estábamos lejos de la óptica de los tres monoteismos.  Aqui surgia una 4ª religión, o quizas no, pero era eso si, una 4° región, esa región de “lo Sagrado”, que instintivamente se la reconoce, igualmente como se la reconoce en el arte y en el dominio poético esa calidad:   en la lupa de esos tres consabidos monoteismos ya implantados en sus respectivos zócalos e investidos de gran autoridad, ella les luce como superstición, secta, tabu, ignorancia, barbarie, politeismo infantil...   Yo en cambio, observo ahí variedades de Panteismo.   No se si esto se puede generalizar al Africa, Asia y Oceania, pero en el caso de América veo y siento que ha sido el sitio ancestral, antes de recibir a esos tres monoteismos religiosos tradicionales, de esa visión panteista, tan diferente de esas otras religiones.  Una visión más orgánica y mas unitiva de la existencia.  Donde lo pacífico, lo estético, filosófico y existencial se unen y se confunden en lo Terrible cósmico del ser, en una visión “pánica”.  Así por ejemplo, José me decia que “UN sujeto cualquiera es el TODO, así como la Totalidad es UNA!”.  De ahi entonces, su “propuesta de la Unidad”, cosa perdida, luego del fin de Tiahuanaco, de cuando América se llamaba “Abya-Yala”, en el dialecto cuna.   El Individuo, cada individuo está ligado al cosmos-el Pacha y a la Tierra, que es la Pacha-Mama.  De ahi tambien se deducirá en América la importancia de la astronomia en estos pueblos (maya, azteca, diagüita, mapuche).   Constatando esto, me surge la sorpresa de ver en toda América (incluyendo los inuitas) la constante de una forma similar de visión entre la gran variedad de esos pueblos.  Pueblos y etnias  que sin haberse encontrado ni tenido relaciones mutuas, participan de una semejante óptica escencial hacia la existencia, la tierra, el cosmos y los ancestros!.   Sobretodo esa su permanente espiritualidad y su poesia existencial multifacética.
   Cómo se puede hoy hacer tabla rasa, aplicando esas visiones e interpretaciones “occidentalistas” antropológicas, cogitantes y simplistas en sus síntesis?  He leido un antropólogo chileno Peter WILD, que se encontró con José Illapa y es admirable de ver que se repite lo que sucedió en ese encuentro entre Carlos CASTANEDA el antropólogo de la universidad de Los Angeles con don Juan MATUS el indio yaqui del Arizona, por los años 60...  Pero aqui, me he cruzado con la lectura de un libro de Fernando MIRES, que glosando a Freud lo titula “Malestar en la Barbarie” y editado en 1998.  Lo he hojeado a penas, pero siento que aqui hay en sus ideas, una relación estrecha con esta reflexión.  Asi, antes de continuar mas adelante es necesario que me entere del contenido de ese libro...