H.C.F. Mansilla: LA FILOSOFÍA DE BORGES- y su celebración por los postmodernistas

No hay duda de que precisamente los textos más bellos y de ejecución más esmerada de nuestro autor borran a menudo las diferencias entre razón y locura, entre lo santo y lo profano, entre lo lícito y lo delictivo, entre lo cotidiano y lo festivo, entre sueño y vigilia y, por ende, entre realidad y ficción, pese a que Borges trató estos temas con distancia lúdica e irónica. Una de las formulaciones más hermosas de esta concepción es también la más concisa: "La historia agrega que, antes o después de morir, se supo frente a Dios y le dijo: Yo, que tantos hombres he sido en vano, quiero ser uno y yo. La voz de Dios le contestó desde un torbellino: Yo tampoco soy; yo soñé el mundo como tú soñaste tu obra, mi Shakespeare, y entre las formas de mi sueño estás tú, que como yo eres muchos y nadie" . Uno de los puntos culminantes de su obra, el cuento Los teólogos, hace manifiesta esa ideología pan-identificatoria no solo mediante un argumento lógico y una estructura impecable, sino también recurriendo a profundas emociones. Y por ello esta narración es también un conmovedor alegato contra el dogmatismo y el fanatismo.
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