Yanis Varoufakis no se caracteriza por ser optimista, pero tal vez en su descripción del fenómeno macroeconómico mundial podamos advertir algunas grietas de lo que pasa acá (acá en Argentina, acá en la pantalla donde tal vez leas esta nota).
Porque es cierto que algo del capitalismo tal cual lo entendíamos murió: asistimos desde hace rato al cierre de fábricas y empleos, a la desocupación y una recesión –conjugadas con una reciente alta inflación en alimentos y suba de servicios– que vuelven delirante cualquier versión desarrollista del futuro (al menos del cercano).
También es cierto que crisis ya las hemos vivido, dentro de los límites del llamado capitalismo y la llamada democracia, y que logramos salir: por abajo, como sea, acá estamos. Sin embargo, a diferencia de otras crisis mundiales y locales, hay algo que esta vez parece no cerrar. ¿No?
La vida entre la falta de recursos, la monopolización de las decisiones y nuestro comportamiento individual-digital plantea un combo desquiciante.
Milei, lo Milei, causa y efecto de todo esto.
¿Qué pasa afuera y arriba, mientras el gobierno boicotea relaciones bilaterales de política exterior, y se reúne con los empresarios que Varoufakis llama “nubelistas” (los Elon Musk, Mark Zuckerberg, etc.)?
Algo.
Varoufakis plantea que en realidad pasa todo. Escribe y describe: “¿Cuál es mi hipótesis? Que el capitalismo está muerto, en el sentido de que sus dinámicas ya no rigen nuestras economías. Ese papel lo desempeña ahora algo fundamentalmente diferente, que yo llamo ‘tecnofeudalismo’”
También es cierto que crisis ya las hemos vivido, dentro de los límites del llamado capitalismo y la llamada democracia, y que logramos salir: por abajo, como sea, acá estamos. Sin embargo, a diferencia de otras crisis mundiales y locales, hay algo que esta vez parece no cerrar. ¿No?
La vida entre la falta de recursos, la monopolización de las decisiones y nuestro comportamiento individual-digital plantea un combo desquiciante.
Milei, lo Milei, causa y efecto de todo esto.
¿Qué pasa afuera y arriba, mientras el gobierno boicotea relaciones bilaterales de política exterior, y se reúne con los empresarios que Varoufakis llama “nubelistas” (los Elon Musk, Mark Zuckerberg, etc.)?
Algo.
Varoufakis plantea que en realidad pasa todo. Escribe y describe: “¿Cuál es mi hipótesis? Que el capitalismo está muerto, en el sentido de que sus dinámicas ya no rigen nuestras economías. Ese papel lo desempeña ahora algo fundamentalmente diferente, que yo llamo ‘tecnofeudalismo’”