B. Mijael - EL SACRIFICIO DE ISAAC: UN FRACASO VERGONZOSO DE ABRAHAM

 El Sacrificio de Isaac: Un Fracaso Vergonzoso de Abraham


"La Akedá" (El Sacrificio) de Kadishman, en el patio del Museo de Tel Aviv. Todos estamos enfrentados al mismo desafío, cuando malvados estafadores exigen nuestros hijos


B. Mijael 17 de diciembre de 2024

No cabe duda de que también allí, en Siria, correrá sangre. Israelí y siria. También ahí el portavoz del ejército "permitirá publicar nombres". Y ellos también se sumarán rápidamente a la maquinaria de defensa del acusado.

Y recordé el Sacrificio de Isaac. Como es sabido, la versión común es que Dios quiso "poner a prueba" a Abraham, comprobar su lealtad y obediencia, algo parecido a Trump y Sara Netanyahu. Por eso le ordenó degollar a su hijo.

Abraham ni siquiera preguntó "¿por qué?". Tomó a su hijo, ató su burro, cargó leña y subió a una montaña. Ató al hijo al altar y levantó el cuchillo. Curioso. Cuando Dios discutió con él sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra, Abraham argumentó con fuerza y obstinación. Intentó encontrar circunstancias atenuantes. Casi tuvo éxito. Pero cuando se trató de degollar a su hijo, no dijo ni una palabra. No dudó. No discutió. No pidió piedad. Se apresuró a preparar el cuchillo. Solo en el último momento intervino un ángel (probablemente por orden del jefe), evitando que Abraham matara a su hijo y sugiriendo en su lugar ofrecer un carnero asado como sacrificio.

Una historia bastante espantosa, ¿no? Sin embargo, por alguna razón, esta sumisión tan vergonzosa es percibida como una heroica superación de la prueba.

A mí esta interpretación me parece totalmente distorsionada. De hecho, hubo una "prueba", pero Abraham fracasó en ella de forma absoluta y rotunda. Porque Dios no buscaba comprobar su lealtad y obediencia, sino precisamente la profundidad de su fanatismo religioso.

Conviene recordar que el Creador del mundo estaba muy decepcionado con la humanidad que él mismo creó. En un versículo conmovedor del Génesis, incluso revela que se arrepiente y se entristece por haberla creado: "La inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud", se queja. Chocolate por la noticia.

Otro versículo de decepción divina debería figurar siempre en la tarjeta de presentación del ministro Shlomo Karhi y similares: "Toda la intención de los pensamientos de su corazón es solo maldad todo el día" (Génesis 6:5). Tiene razón.

Y así — probablemente tras una discusión con el Satán, que ama este tipo de trucos — Dios decide examinar hasta dónde puede llevar el fanatismo religioso. "Le ordenaré que degüelle a su hijo", le dice a un burlón Satán, "¡no aceptará hacerlo!". El Satán se ríe. "Tú no entiendes hasta dónde se puede arrastrar a los fanáticos con una voz estruendosa, unas nubes dramáticas y una generosa dosis de pirotecnia".

El experimento comienza. El Señor no puede creer lo que ve. Abraham no dice nada, no discute, toma al burro, afila el cuchillo y ata a su hijo sobre la leña. "¡Dios!", dice Dios llevándose las manos a la cabeza, "va a hacerlo", murmura atónito. El Satán se desternilla de risa. "Envía a alguien rápido", le dice al Santo Bendito Sea, "o tendrás un niño asado para la cena". El ángel recibe un carnero, vuela hacia abajo, y se salva Isaac.

"La próxima vez, no discutas conmigo", se burla el Satán, "entiendo a los seres humanos mejor que tú". Y Dios aprende la lección: en la fe delirante — Abraham sobresale. Como padre y como ser humano — es un fracaso vergonzoso.

Y nosotros, todos nosotros — madres, padres, hermanos, abuelos — nos enfrentamos al mismo desafío casi todos los días. Malvados estafadores que se hacen pasar por dioses, elevan voces retumbantes, se envuelven en nubes de tonterías, lanzan fuegos artificiales de fuego negro, y nos exigen a nuestros hijos. Sus guerras ya son desde hace mucho tiempo malolientes, innecesarias y malvadas. Tanto en Gaza como en Siria. Están impulsadas únicamente por sus sagrados caprichos, la maldita ocupación, la política autoritaria y el tirano que ha sido impuesto sobre nosotros.

¿Hasta cuándo seguiremos fallando en esta prueba como Abraham?