Una mujer, un hombre
No tenían nada que ofrecer 
Aparte de pertenencias naturales, 
un falo mal erguido, 
una naranja muy jugosa, 
un  deseo naciendo de
día 
y nunca muriendo de noche 
Tal vez un recuerdo compartido 
de cavernas y animales feroces 
o  de cuerpos pálidos
y fríos 
cada uno dando al otro lo que no tiene.
Cada uno cansado de ser piedra o musgo 
Y a pesar de todo: aún apenas: siendo
Muriendo y  viviendo en
cada segundo
Sin saber hacia donde vamos ni por qué somos
Siendo, siempre siendo. Solo siendo.