Fernando Mires - FRAGMENTO DE UNA CARTA A UNA AMIGA VENEZOLANA (dado a conocer en mi Blog POLIS a petición de la destinataria)
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No, no lo conozco personalmente. Pero pienso que la MUD, a través de Jesús
“Chúo” Torrealba, ha dado justo en el clavo.
Parece ser una persona con experiencia social, abierta al mundo, con buen
humor (textual: “sé que no me eligieron por mi desordenada cabellera”) con
capacidad de intermediación, con objetivos claros y definidos y sobre todo con
esa vocación popular sin la cual no se puede hacer política en ninguna parte.
Casi un pequeño milagro. Porque te lo digo, yo no esperaba qué después de la
“decapitación” del excelente Ramón Guillermo Aveledo, pudiera ser elegido
alguien que asegurara la continuidad política de la MUD. ¡Pero la MUD lo hizo!
Ahí reside el milagro.
Un milagro en el sentido de Hannah Arendt no es algo que contradice a las
leyes de la naturaleza sino un acontecimiento inesperado, es decir, “algo que
irrumpe” sin que conozcamos sus causas. Claro, después me di cuenta de que el
milagro no era tan milagroso. El milagro -según el mismo “Chúo” Torrealba– fue
inducido por Ledezma y Capriles (entre otros). Pero eso también es un milagro.
Si dos personas que hasta entonces habían aparecido como representantes de
polos antagónicos, presionan por el mismo nombre para el cargo de Secretario
General de la MUD, es porque hay un ansia de unidad muy grande. Esa unidad debe
haber dolido en lo más hondo a Cabello/Maduro. Ellos apostaban seguramente por
el divisionismo, alentados por uno que otro columnista “anticaprilista” de El
Nacional. ¿Fue milagro? Si no lo fue, fue al menos una corroboración de una
tesis de Darwin: “La necesidad crea al órgano”. La necesidad es y será la
unidad política. El órgano es, por el momento, “Chúo”.
Creo que Torrealba ha entendido que sin movilización social las elecciones
están destinadas a perderse, pero también que una movilización social sin
elecciones está condenada a estrellarse contra el aparato represivo del
sistema.
Al menos ya definió posiciones. Y las definió –no hay ninguna duda- a favor
de las elecciones parlamentarias de 2015. Parodiando a Churchill, la peor de
las alternativas, con excepción de todas las demás
Ganar las legislativas a través de una intensa y profunda movilización
social, esa es y debe ser la fórmula. La calle y el voto, esa debería ser una
consigna.
Tampoco se trata de decir, y Torrealba no lo dijo, que las elecciones son
solo una forma de lucha entre otras. ¿Cuáles son “las otras”? ¿La lucha armada?
¿Un golpe de estado? ¿La Asamblea Constituyente (aún más electoralista que las
legislativas)? ¿Un revocatorio? ¿La
abstención?
¿El Congreso Ciudadano de Corina Machado? Eso no será ningún problema para
la campaña electoral que se avecina. Incluso, si es que cristaliza, podría ser
un buen complemento. No ocurre lo mismo con el proyecto destinado a llamar a
una Asamblea Constituyente.
Intento entender a los de VP. Creo incluso entenderlos. Varios fueron
acribillados en Febrero y su líder está preso. Pero más allá del dolor que
comparto, están las razones políticas. Alguna vez VP deberá entender que
insistir con la Asamblea Constituyente -una “salida” que no solo parte dividida
sino, además, es divisora- no tiene mucho sentido. Es, además, un enorme
disparate. Justo en el momento cuando el pueblo debe ser convocado para
defender a la Constitución, salen ellos a la calle a exigir su abolición. Y por
si fuera poco, es una salida muy peligrosa. Como formuló Torrealba: “Una
propuesta como la Constituyente podría significar la puerta falsa del oficialismo
para huir hacia adelante”
En este momento no está en juego quien es o será el líder de toda la
oposición. Eso no lo han entendido muchos (la encuestadora Keller, entre otros)
De lo que se trata es de elegir a los representantes más adecuados en el lugar
donde actuarán como candidatos.
En cualquier caso, Torrealba no ha sido elegido como líder. Sus tareas son
muy precisas: las de la mediación y las de la representación. Son, hay que
decirlo, las más difíciles del periodo.
Los líderes de la Venezuela inmediata serán los próximos candidatos a la
Asamblea (cada momento tiene sus líderes y cada líder su momento) El líder
presidencial será elegido después, en primarias. Y cuando llegue ese momento -y
estoy seguro de que si la oposición unida conquista la Asamblea, ese momento
llegará mucho más temprano que tarde- la oposición tendrá un líder general.
Antes, no. Cada momento tiene su momento; valga la redundancia.
En la política -tu sabes como yo pienso- todo es momentáneo. Y está bien
que así sea. La eternidad no se hizo para nosotros.
Pasando a otro tema
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